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Quiero contarte una historia que me contó mi primer patrocinador cuando ingresé a esta industria allá por 2007 (lo único bueno que me enseñó) y me sirve de inspiración para salir adelante.
Es una historia muy interesante acerca de un granjero. El había estado pasando muchas noches en la cama pensando en todo el éxito y la prosperidad que quería para él y su familia.
Un día decidió que iba a empezar a crecer un cultivo que nadie en su pueblo hubiese estado creciendo en la actualidad. Fue a la tienda local y pidió al empleado de la tienda si podía ver todas las semillas que tenían a la venta. El granjero se encontró con un paquete de semillas para una planta de aspecto curioso llamado bambú. Ahora, el sabía muy poco sobre el bambú, pero leyó en el paquete que era la planta más fuerte en la tierra.
Así que compró las semillas de bambú, junto con las habituales semillas de maíz que compraba, y sembró todo un campo de bambú. El granjero regó y labró la tierra todo el primer año. Tristemente, al final del primer año parecía que la cosecha de bambú fue un fracaso. No había ni siquiera un brote de bambú. Todos los otros granjeros se reían de él y le decían que su familia iba a sufrir por su necedad. Por suerte, había cosechado suficiente maíz para salir adelante.
Un poco desanimado, continuó con el cuidado de su bambú creyendo que las leyes de la naturaleza lo favorecerían. En el segundo año vió un pequeño crecimiento, pero como que a mitad de ese año, la planta de bambú parecía marchitarse. Este corto éxito, sin embargo, dió un poco de esperanza al granjero por lo que decidió continuar con la disciplina de regar y podar.
Lo que el granjero no sabía era que el bambú estaba CRECIENDO…con raíces fuertes y profundas bajo la superficie. Una mañana, se despertó muy temprano y se preparó para ir a hacer lo que siempre hacía todas las mañanas, ir a cuidar de su bambú. Cuando salió al campo, no podía creer lo que veía. Su bambú había crecido por lo menos 18 pulgadas. A partir de ese día, sus cultivos de bambú continuaron creciendo a este ritmo casi todos los días.
La acción, compromiso, perseverancia y convicción de este granjero lo convirtió en uno de los más ricos agricultores de la zona. No sólo fue capaz de dar a su familia una vida mejor, sino a las generaciones futuras que pudieron aprovechar también las recompensas.
Esta historia tiene una gran analogía cuando uno comienza a trabajar un nuevo negocio multinivel o de mercadeo en red. A veces sucede que comienzas a hacer un poco de trabajo y nada pareciera estar sucediendo.
Sabes lo que quiero decir, ¿no?
Haces tus campañas de marketing, hablas con tu lista, haces tus artículos en tu blog, haces tus “twiteos” y el mundo alrededor tuyo sigue igual. A estas alturas, cerca del 95% renuncia en multinivel.
Tal vez no te das cuenta de que esas semillas de éxito en tu negocio, sus raíces están creciendo y tu ni siquiera puedes verlo. Para tener alguna posibilidad de éxito, tienes que seguir adelante.
El éxito deja pistas. Si tu analizas a otras personas que ya hayan tenido éxito en multinivel o en otro tipo de negocio, verás que mantienen simples disciplinas. Estas disciplinas con el tiempo, al igual que en el caso del granjero y su bambú, son las que te llevarán a donde quieres estar.
Mantén regando y cuidando las semillas de tu negocio y verás que la cosecha de tu éxito estará llegando!
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